Cecilia Segura

Helena de las Heras

Hilos, trama, urdimbre…

Trazar estructuras abstractas en forma pictórica o escultórica apela, en cierto sentido, al ámbito de la utopía, por aquello de la implicación de la imaginación en vanos supuestos, y requiere de su prosecución mediante determinada disposición para la consecución. Lo irrealizable, a través de la ficción formal que lo representa, se hace real en el espacio y muestra imágenes de la quimera.

El “carrusel” de formas y colores que daba título a la exposición de Cecilia Segura en el Centre Cultural Casa Elizalde de Barcelona, celebrada el pasado mes de junio, mostraba esculturas en poliéster, esmalte sintético e hilo de caucho; piezas de perfecto acabado elaboradas manualmente por la artista en su taller, en pequeño y gran formato, coloridas y ligeras, de líneas curvas y suave ritmo, deudoras del repertorio formal abstracto de las construcciones en el espacio de Naum Gabo. Otro de los referentes de la vanguardia histórica que subyacen en el lenguaje plástico de esta artista se pone de manifiesto en sus obras sobre el plano, originales creaciones en monoimpresión serigráfica y collage sobre papel, en los que Cecilia evoca los experimentos pictóricos de Laszio Moholí-Nagy en torno al espacio, la luz y el movimiento. Por último, inserta referencias a formas artísticas ajenas a la cultura occidental, como los mandalas, los complejos diagramas simbólicos del macrocosmos y el microcosmos tradicionales en el budismo e hinduismo. Su Proyecto para mandala, realizado en aluminio lacado, traza vínculos insospechados al interrelacionar estas combinadas representaciones esquemáticas con las inspiradas manifestaciones del arte cinético.

En la instalación propuesta por Cecilia Segura para TotArt10, el uso del lenguaje formal del constructivismo se libera de ciertos códigos identificadores y lo coyuntural deviene estructural. La obra se expande geométricamente interactuando en el espacio, entre la vertical y la horizontal, entre diagonales y paralelas, sugiriendo a veces, según tonos e iluminación, los característicos haces lumínicos de la proyección de rayos láser, creando a modo de un espacio virtual en el espacio real. Cecilia Segura traza con hilos su propia trama, captando como sutil tela de araña a cualquiera que transite su maraña, intransitable, de camino hacia los no lugares.

Decía Soren Kierkegaard que “quien se pierde en su pasión ha perdido menos que quien pierde su pasión”, o lo que es lo mismo, no temas a tus pasiones, sino a vivir sin ellas. La emoción de la creación, si no se encuentra contenida, si se desborda, trasciende la obra, sugiere, epata al espectador, cumpliendo así la inherente función social del arte. Es en el transcurso del tiempo donde se teje la perdurabilidad, la trascendencia de los seres y de sus creaciones.

Exposición: El nido de Aracne
Del 7 al 25 de febrero de 2011, en la sala de exposiciones de Picanya
Dentro de la convocatoria Tot Art 2010, exposición individual
Texto del catálogo

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